Llamando a las puertas del cielo


Todos tenemos algo que contar, todos tenemos una historia que merece ser narrada.
Fue en octubre del 2009 cuando el tiempo cada martes no pasaba y desde la sala de espera contemplé la lucha por la vida.
Me sumergí en un mundo de paciencia donde las horas tardan en llegar y las noticias apenas llegan.
Las fuerzas iban y venían, las lágrimas miraban al cielo y tan sólo observaba el alrededor en busca de porqués.
Cuando entraba en aquella habitación el frío me decía que algo pasaba, no podía apenas descansar, miraba si las gotas del suero caían y si ella dormía.
Fueron largos los paseos los que daba para despejarme, muchos los cafés en la calle y escuchando música  miraba el inmenso cielo al que le pedía que no abriera sus puertas.